En este espacio, donde los protagonistas son los alumnos y alumnas del centro, tienen cabida las actividades que se desarrollan en el mismo y que no sólo complementan, sino que enriquecen las enseñanzas académicas.

viernes, 11 de junio de 2010

Para el buen entendedor

A pesar de ser el delincuente más perseguido de principios de siglo por mafioso, traficante de alcohol durante la época de la ley seca y jefe de toda el hampa de Nueva York y Chicago, sólo pudo ser condenado por evasión de impuestos. Extorsiones, sobornos y habilidad para burlar la ley lo convirtieron en el criminal más rico y temido de toda la ciudad de Chicago.
A veces no se puede llegar al fondo de la cuestión, sin embargo siempre es conveniente para la comunidad eliminar ejemplos socialmente inaceptables. Es decir, lo inteligente es tomar el camino más práctico y rápido aunque se nos muestre como único, sin necesidad de tener que comprobar que el mismo fondo de la cuestión es más grave aún. Porque todo el mundo lo sabe, pero la legalidad es ineludible.
Depende de qué contextos, esta legalidad asociada a la burocracia, a la multitud de necesiadades que deben ser atendidas en una sola hora, a la continuamente requerida coordinación interprofesional, al descrédito social y a la sobreprotección incluso ante la indolencia; esta burocracia, decimos, actúa como retardante químico, y como tal tiene sus efectos colaterales. Así pues, ni por evasión de impuestos.
En fin, solo queda un mes. En septiembre empezamos de nuevo.

2 comentarios:

David Vázquez dijo...

Sólo queda un mes y en septiembre le pondremos puertas al campo, pero cuando lo que prevalece es la ocultación y la opacidad sobre la claridad no hay que achacárselo a la indolencia, a la burocracia o la disposición de sólo una hora para estudiar las mejores estrategias, el culpa radica en la "dificultad" para tomar decisiones. Eso es lo que le pasaba al comisario de policía de la dramática novela mundialmente conocida: le resultaba más cómodo permanecer en la pasivid que la legalidad le "exige"

José Alfonso Rueda dijo...

En definitiva, nos lo comemos con papas.

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