Particularmente, me quedo con las lianas, el puente tibetano, los pasos de mono, las redes o las tirolinas. Más que nada porque la mayor parte del trabajo lo hace la gravedad y mi maltrecha forma física (¿eso qué es?) se resiente menos.
El colofón a la jornada ha sido una terapia de grupo con sesión de cartas y risas incluidas. Mañana más.
2 comentarios:
Desde el Inca seguimos vuestras peripecias con cierta envidia sana.
Nos gustaría oler la primavera del valle del Jerte, sentir la descarga de adrenalina de los deportes de riesgos, y sobre todo, disfrutar de esa forma de conocer que experimenta el viajero.
En vuestro instituto la vida sigue con sus clases diarias, sus recreos,... y alguna que otra novedad: Hoy se pasa el examen del Trinity, se hacen crepes y pancakes, y las catalpas, ya vestidas de verde, anuncian la entrega de orlas de 4º, 2º de bachillerato y ciclos de formación profesional. ¿Verdad que ahora la envidia sana es mutua?
Suerte
Antonio Urbano
El paisaje de la foto ya indica que el lugar debe de ser idílico. Disfrutad de la montaña y por unos días de unos compañeros que se convertirán en amigos. Como dice el director, dais envidia. La sana existe...?
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